El CAMINO DE VICENTE recoge experiencias habidas en los dias que pemanecí en el Camino francés a Santiago

sábado, 7 de septiembre de 2013

Etapa 36 : Santa Mariña - Cee (32 kmts.)

Día 13-10-13
Después del agotamiento de la etapa de ayer y de los kmts. que había que hacer hoy, nada menos que 32, había que dormir bien, hasta ahora solamente en dos etapas había superado los 30 kmts: Grañón a Villafranca de Montes Oca (30 kmts) y Bercianos-Puente Villarente (34 kmts.).
 El albergue, que no tiene mucha capacidad, está prácticamente lleno, ayer a última hora llegó una pareja oriental, en el Alto del Pollo  ocurrió lo mismo, ¿les gustará a esta gente caminar por la tarde?, ¿o tal vez estén caminando todo el día y se hacen más de 40 kmts.?, no lo se, yo comento lo que he visto, y es que como en el albergue de El Puerto, fueron los últimos en llegar y los primeros en marchar.
Descansé bien, me sentía con ganas y estaba mentalizado para los 32. Desayuné fuerte, es muy importante. El día se presentaba bonito, con claros y nubes que reflejaban en sus perfiles los colores rojizos del sol, el aire estaba en calma y nos transmitía los olores naturales del campo y de los ganados en sus pastos y  establos. Los peregrinos nos dispersamos pronto, después el destino se encarga de que te encuentres con unos u otros, en mi caso se había propuesto  que hiciera esta etapa junto a Svenja y su amiga. Cuando la conocí en la etapa de Burgos ya intuía que sería una de las protagonistas de mi Camino.
En el Camino puedes pensar muchas cosas, una de las que menos tienes que pensar es por donde ir, salvo determinados momentos o lugares el Camino te lleva, solo debes de tener buenas piernas y espalda para caminar y transportar la mochila, y ojos y olfato para saborear todo lo que la naturaleza te regala a lo largo de cientos de kmts.
Con Svenja y su amiga practicamos "la goma" en el tiempo de esta etapa, salimos a las 8,30 y llegamos al albergue a las 15,30 h., 7 horas en el Camino, en algunos momentos caminábamos los tres juntos y en otros muchos lo hacíamos individualmente, esto nos apetece a algunos y es muy sano mentalmente, hay claves para hacerlo, como dejar de hablar o cambiar el ritmo o retirarte al "baño", el respeto es una norma de obligado cumplimiento en este hábitat.

A las 11,00 h. hacemos una parada en Olveiroa, en la Casa Loncho, un complejo hostelero que dispone de albergue, pensión y restaurante. No había nadie, todo el restaurante para nosotros. En ese mismo lugar esperamos su madre y yo a Héctor, el 14-08-11. El día que llegó a Santiago, después de comer partimos hasta Negreida donde dormimos, él en su bici y nosotros en nuestra Renault Scenic, al día siguiente tenía que hacer los 75 kmts. que faltaban a Fisterra o Finisterre, le esperábamos en este punto para tomar algo caliente, entonces sí había peregrinos, y muchos, que soportaban con sus capas las dificultades del día de lluvia. Recuerdo que entonces yo les miraba cuando llegaban chorreando agua, con un sentimiento mezcla de admiración y de incompresión, no pensaba que dos años después iba a pasar yo por ese mismo lugar y en condiciones similares, porque en ese momento real no llovía, lo haría  más tarde.


A partir de Olveiroa nos esperaba un paisaje bellísimo, próximo a un parque de aereogeneradores y por encima del curso del Rio Xallas. A unos 3 kmts, está Logoso, después de aquí, hasta Cee no queda otra localidad para descansar o para refugiarte, el día está cambiando y amenaza con lluvia por esto entramos los tres en el albergue que hay, el propietario es un chico joven que ha hecho una gran inversión en su construcción y apertura, la falta de otros medios de trabajo le ha obligado a ello. Tiene mucho interés en enseñarme el albergue a pesar de que sabe que nuestro destino está más allá. Es nuevo, con una estructura de diseño y construcción que había visto en el de Negreida, buenos materiales y con varios compartimientos de pocas literas cada uno de ellos. Es curioso, todos los albergues después de Santiago cuestan 12 €, ninguno ha costado eso hasta allí. Me lo confesó el propietario de Logoso, es un pacto o acuerdo entre todos los albergues privados.
Está empezando a llover, faltan 14 kmts. y tenemos por delante un camino por bosque de pinos hasta Cee, así que hay que destapar nuestra ropa de agua para ponérnosla encima. Antes de entrar en ese bosque discurrimos por carretera asfaltada y pasamos por el punto donde el Camino se bifurca para Muxia y para Finisterre, nuestra vía es la de la izda., la que va a Finisterre. Hay peregrinos que hacen todo el circuito, los que tienen tiempo y fuerzas, yo tengo tiempo pero me faltan las fuerzas, aunque hoy llevo ya 18 y estoy entero. ¿Quién lo entiende?, ayer llegaba sin aliento y con el dibujo de la fatiga en la cara, hoy me siento muy bien hasta ahora. Estoy convencido de que la preparación mental previa es un arma infalible.
El camino hasta Cee es en algunos momentos como una gran cicatriz en un enorme cuerpo verde. La lluvia es constante y su fuerza intermitente, superar esos kmts. en esas condiciones y sin ningún refugio no es fácil sin una gran fe en superarlo, ésta no puede cambiar el tiempo pero sí las sensaciones, a éstas las reconvierte y por ello este largo camino resulta agradable, haber sentido en pocas ocasiones los efectos de la lluvia contribuye también a ese sentimiento, como el del deseo de ver la mar que sabíamos que la teníamos cada paso más cerca. Solamente a otra peregrina vimos en todo este trayecto.


 "No veremos la mar", pensaba, por esta nube de agua en la que estábamos envueltos, pero estábamos caminando por una altitud de 300 metros y había que bajar a 0 metros, por ello confiaba que al ir bajando saldríamos de esta burbuja gris. Y así es como ocurrió, a las 15 horas llegamos a la altura de Cee y por fin vimos la Ría de Corcubión que termina en la playa que comparten los vecinos de las dos  localidades : Corcubión en la cara norte de la ría y Cee en el sur. Aunque a través de las gotas finas de agua, divisábamos la ría y los colores variados de las pequeñas embarcaciones de los pescadores, al igual que los rojizos de los tejados de las viviendas. Fue un momento de sentimiento de triunfo, de alegría, así lo expresaba nuestros rostros, era un momento para recogerlo en nuestras máquinas de fotos o móviles, yo ya no tenía batería en el mío, las fotos de esta llegada me las hizo Svenja y unos días después me las envió desde Alemania. "¡Gracias Svenja!, sin tu colaboración no habría podido recoger este momento tan importante." .


Tocaba bajar y la bajada era dura y complicada, con mucha pendiente. Próximo al punto de llegada a Cee hay un albergue, el de O Bordón, allí nos fuimos, estábamos muy cansados y urgía descansar. En el albergue había solamente dos peregrinas, dos jóvenes alemanas también, a una de ellas la conocía pero no acertaba a saber dónde la había visto, más tarde viendo las fotos de las etapas descubro que había compartido el albergue y la cena comunitaria con ella en Grañón.
Hay que hacer la colada pero no hay sol para secar, por ello hay que recurrir a la lavadora y secadora del albergue y que hay que pagar, ¡claro!, por esto es bueno compartirlo con otros/s peregrinos.
Después de la ducha siento mi cuerpo con fuerza para ir a conocer los entormos de la ría, por esto que lo hago y me voy a andando a Concurbión, son 2 kmts más. En uno de los Bares de la localidad me comenta un lugareño que en pocos días se va a celebrar allí el juicio del Prestige y comentamos acerca de esa tragedia.
No había comido por lo que en un Restaurante recomendado de Cee hago una comida-cena extraordinaria. Regreso a las 19 horas al albergue, las alemanas descansan, se ha incorporado un peregrino más, somos 6 en un albergue de mucha capacidad. Escribo mi diario, comento con la mujer del propietario del albergue que ha sustituido a su marido, asuntos y anécdotas de los peregrinos, son las 10 de la noche, ella cierra el albergue y se retira, yo también, saco mi linterna para ver en el interior de la habitación donde descansan mis compañeros del Camino, se escuchan unos leves ronquidos, me acuesto, me pongo los tapones y pienso que mañana será la última etapa de este mi primer Camino, mañana llegaré a Finisterre.

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