El CAMINO DE VICENTE recoge experiencias habidas en los dias que pemanecí en el Camino francés a Santiago

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Etapa 25: Villafranca del Bierzo - Vega de Valcarcel (20 kmts)

Día 02-10-13


El oriental dormía con placidez, al menos es lo que parecía, escuchaba su respiración tranquila y de ritmo regular. Era una situación nueva que me creaba cierta inquietud, en ninguna otra ocasión había dormido en una habitación con un desconocido, lo había hecho con varios, muchos, pero nunca con uno que llega, saluda, hace un "pis" y se echa a dormir. A través de la claridad de la noche que se colaba  por el gran ventanal, observaba los altos techos, las blancas paredes y pensaba en los silencios parecidos que escucharan los cientos, ¿miles?, de alumnos jesuitas que habitaron durante siglos este espacio del Convento de San Nicolás el Real de Villafranca del Bierzo. El oriental fue madrugador, pocos segundos después del prudente sonido de su despertador, elevó su respetable volumen y se dirigió al baño; a juzgar por el tiempo, poco exigente fue su cuerpo. Los preparativos le duraron poco, la mochila estaba preparada porque no fue deshecha,  vestirse fue toda la labor, incluso la despedida fue rápida. No me importó que no se acordara de mí, hasta el momento de escribir estas etapas tampoco me acordé de él. Quedé tranquilo y liberado.
Faltaban bastantes minutos para el amanecer y ya estaba pisando las calles bercianas, la flecha me llevó hasta el puente medieval sobre el Río Burbia. La etapa la trazan hasta O Cebreiro, el famoso y temido O Cebreiro, son 30 kmts,  muchos para mí y en esta ocasión con un final muy fuerte, por lo que planifico quedarme en alguna localidad anterior a la subida al puerto. Esta etapa de hoy tiene la particularidad de que todo su trazado es por el  asfalto de la Nacional VI, al lado de su asfalto, y a la par de la Autovía de Noroeste. Pero hay una variante importante como es ir  hasta Trabadelo, subiendo el Alto de Pradela, y hacer 12 kmts. por el monte, en lugar de  por el  terreno llano en asfalto. La decisión había que tomarla nada más pasar el puente, yo decidí ir por el monte.

No fueron muchos los que tomaron la misma decisión, por delante alcancé a ver unos cinco peregrinos durante todo el trayecto, por detrás de mi tuve la oportunidad de ver tan solo dos, jóvenes y mujeres, que me adelantaban porque no camino rápido y porque me entretengo observando el paisaje y haciendo fotos. Llevo 1 hora de camino y veo en los indicadores de la ruta que he andado 2.500 metros, aún me quedarán 9.500 m. de caminar por este monte antes de bajar a la Autovía. La tranquilidad del Camino, el silencio del entorno, las vistas relajantes merecen el esfuerzo, hay un momento de intranquilidad cuando observo la formación de nieblas en los valles y que van ascendiendo, porque este trayecto alternativo no tiene la cantidad y calidad de señalización del Camino oficial, y las jóvenes, extranjeras ámbas con las que voy cambiando las posiciones, no tienen aspecto de ser prácticas en la exploración.


Cuando veo las nieblas ascender acelero el paso para agruparme con estas jóvenes que van separadas entre ellas, aunque pronto me tranquilizo porque veo que se disuelve la niebla y no llega a nuestra posición. Las adelanto cuando reposan para comer su bocadillo, han descubierto este hábito alimenticio nuestro, pretendo hablar algo con ellas y es imposible, no saben una palabra de castellano y mi inglés da para muy, muy poco. Llevo algo más de tres horas de camino y encuentro una bifurcación, no veo nadie por un lado u otro, la señalización no es clara, decido ir por el de la dcha. a pesar de que hace más larga la perpendicular  del trayecto de la autovía, me acerco a un prado de pasto de ganado vacuno y veo a unos 1000 m. los edificios de un núcleo rural, me detengo, no estoy convencido de ir bien y me doy la vuelta, desando lo andado y tomo el trayecto de la izda., atravieso bosques cultivados con castaños y llego a una carretera asfaltada, es la que baja de Pradela, el pueblo que antes veía,  a Trabadelo. Terminó la ascensión, ahora toca bajar y la pendiente es muy fuerte, hay que descender 350 m sobre un desplazamiento horizontal de 2.500 m. hay tramos que no los resisto por lo que me salgo a la carretera que lógicamente tiene un desnivel aceptable aunque tenga más recorrido.
Son las 11,30 h. cuando bajo al asfalto del trayecto oficial del Camino, a la par de la Autovía Noroeste, he estado por el monte desde las 7,50 h., han sido unas cuatro horas  y  no me arrepiento haber estado. Aparecen peregrinos y surge una pareja que posteriormente vería con mucha frecuencia y que resultó ser una de las parejas más queridas y admiradas del Camino, dos franceses, supongo matrimonio, de 77 años ella y 72 años él, así me respondieron cuando tuve el atrevimiento de hacerles con admiración la pregunta. Les llamaba los abuelos del Camino, siempre iban como se les ve en la fotografía, cada uno con su mochila y agarrados de la mano, y sonriendo a todos.
Tocaba asfalto y terreno plano, aún no tenía decidido donde parar, determiné que fuera el cuerpo quien decidiera pues suponía que pronto empezaría a quejarse. Y así fue, antes de lo previsto, con la relajación viene el cansancio, ahora solo me dejaba llevar, las señales y los peregrinos abundaban. En Portela de Valcarce hallo un Bar-Restaurante-Albergue y entro a comer algo, a repostar. Me siento y el cuerpo me invita a quedarme en ese albergue, son solo 16 kmts, le digo, hay que andar un poco más, confío que con el bocadillo de tortilla vuelva la paz. Una de las jóvenes valientes del monte entra a repostar, bromeamos con el cansancio y el repostaje.
Decidimos seguir, aparece la lluvia, vuelve el asfalto de la Nacional VI y los tramos elevados de la Autovía. Llego a Vega de Valcárcel, después de unos 20 kmts de recorrido  las exigencias del cuerpo son alarmantes, veo un anuncio de una pensión y llamo, me dicen que tienen habitación individual con baño compartido entre cinco habitaciones, su precio es de 15 €, no lo dudo, "¿dónde está?" , "en el centro del pueblo, frente al Ayuntamiento". "voy para allá". Veinte minutos después estaba duchado, secado en una habitación de una casa particular con dos plantas reconvertidas  en Pensión para los peregrinos. No tenia hambre, el cuerpo solo me pedía descanso, el día estaba lluvioso aunque en ese momento salía el sol, por lo que me animé a hacer un lavado y colgar la ropa. Cuando desperté de la siesta, ví mi ropa en el lavadero, me la habían recogido para que la lluvia no la mojase.

Con el cuerpo más alegre cené en un modesto Bar de la localidad, todavía estamos en la provincia de León y las influencias culturales de Galicia se notan por lo que no podía faltar el Caldo Gallego. El mejor reconstituyente, había que coger fuerzas para mañana subir a O Cebreiro, el temido alto de O Cebreiro, no creo que sea tanto. 

1 comentario:

  1. hola, muchas gracias por escribir este blog,es de mucha utilidad!! estamos viendo si podemos hacer este recorrido, el problema es que tenemos menos dias, por esde deberiamos caminar un poco mas! lei que llevaste tu camara de fotos y a mitad de camino la dejaste. no se si llevar mi maquina, me gusta mucho hacer fotos. que me aconsejas?

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