El CAMINO DE VICENTE recoge experiencias habidas en los dias que pemanecí en el Camino francés a Santiago

lunes, 30 de septiembre de 2013

Etapa 13 : Cardeñuela Rio Pico - Burgos (14 kmts)

Dia 17-09-13

Las picaduras de la mano preocupan, no tienen buen aspecto y la mano me duele y está algo hinchada. El objetivo de hoy es llegar a Burgos y buscar un Centro de Salud, son 14 kmts. en 3 horas puedo estar allí.
Santiago tiene planificado ir hasta Hornillos, así que hoy nos despedimos, ha durado poco el Camino entre nosotros.
El propietario del albergue nos recomendó que en esta etapa entráramos a Burgos por el Rio Vena, en lugar por el trazado del Camino que es por el polígono industrial. De esta forma lo haríamos evitando los ruidos y el tráfico. Así lo hicimos René y yo, después de bordear el aereopuerto cruzamos la vía ferroviaria Madrid-Irún, llegamos a Villafria y atravesamos la N-1 y a la altura de unos campos de futbol cogemos la ribera del Rio Vena y bajamos por ella hasta el centro de la ciudad, después de transitar entre cañizales y broza de hiervas diversas,  que en algunos tramos tapan la senda,  encontramos zonas urbanizadas modernas que corresponden a la expansión de Burgos. Amplios paseos y zonas verdes bien cuidadas y tranquilas, y ¡por fin!, 2 horas después de   la salida del albergue, encuentro un Centro de Salud.


Hay que cumplir los trámites, asignación de médico, horario y espera, así que está claro que ya la etapa debe terminar en Burgos. Le pido a René que no me espere, que siga su Camino, pero no acepta, dice que él no está mediatizado por ninguna fecha, ni actividad, ni personas, como lo estaba Jaime o Santiago y tantos otros, así que no le importa hacer una etapa de 14 kmts, porque el cuerpo lo agradecerá. Yo le agradezco a él el gesto.
En el lugar de espera del Centro de Salud nos sentíamos como "marcianos", éramos observados continuamente por los pacientes que también esperaban, pero no eran unas miradas de curiosidad, de cariño o admiración por estar haciendo el Camino y heridos, eran más de hostilidad, miradas frías, distantes, reservadas, de desconfianza, ninguno de los precedentes hizo intervención, no ya de preguntar qué le pasaba a mi mano que era bien visible, sino, por supuesto, para cedernos su turno. Después de más de una hora de espera me atiende la doctora y me aplicó una cura, una pomada y me recetó un antihistamínico. Fue suficiente
Llegar hasta el centro de Burgos aún nos llevó tiempo, la ciudad es muy grande o muy larga, así que hasta las 14 horas no nos tomamos la cerveza  en el casco antiguo. Habíamos decidido buscar un Hostal, por esto cuando pasamos delante del albergue municipal no nos apuntamos a la cola larga de peregrinos que había. En los albergues privados puedes reservar con antelación y llegar a una hora prudente, sin embargo en los municipales no hay reserva, abren a las 12 y la prioridad es la hora de llegada. El albergue municipal de Burgos es muy bueno, no lo conozco personalmente pero sí por referencias.

Mi nuera estaba trabajando ese día en Burgos, así que la llamo para comer juntos. Era la primera persona de la familia que veía después de 14 días, y agrada el reencuentro. Comimos con René, tuvo el detallazo de invitarnos en un buen Restaurante muy cerca del albergue municipal, junto a la Catedral.   Lo pasamos bien, especialmente Carol con las experiencias que le contábamos del Camino. Pero su camino no es el nuestro y pronto tenía que volver a él. Hoy no echábamos de menos la ducha como en otros finales de etapa, buscamos un Hostal y nos alojamos.
Estábamos en Burgos y había que saborear la ciudad y alguna otra cosa más, todas las etapas no terminan igual.


domingo, 29 de septiembre de 2013

Etapa 14 : Burgos - Hornillos del Camino (22 kmts)

Día 18-09-13

Descansar en Burgos y saborear la tranquilidad iluminada en las desiertas calles empedradas del casco histórico, bajo la luna llena, es un paso obligado en el Camino.
Es un lujo amanecer en esta ciudad, en el interior de su casco histórico, al lado de la Catedral y en un día brillante de luz natural. El sol convierte en oro el arte Gótico de la Catedral, su visión extasía al peregrino y le anima y empuja a caminar por la ribera del Arlazón, hasta sacarle de la ciudad.   Cuando ésta comienza a latir, la gente camina en silencio hacia sus puestos de trabajo y solo a los grupos juveniles que asisten a sus centros de enseñanza se les escucha la palabra.
Salir del centro de la ciudad cuesta menos que llegar, caminamos en dirección contraria a la de la gente, por una amplia zona verde junto al rio. Muy pronto, solo quedamos los peregrinos, en poco más de media hora hemos salido de la ciudad.
Hasta Tardajos no es interesante el trayecto porque la Autovía Burgos-León obliga al Camino a trazados alejados de la línea recta. En dos horas hemos llegado a esta localidad y somos muchos los que tenemos las mismas necesidades y tomamos iguales decisiones, parar y como decimos por esta tierra, ¡almorzar!. Allí donde vemos peregrinos sentados y tomando algo, vamos los demás, tiene un poder de atracción hacia otros.
En esta ocasión el establecimiento no era muy grande  y teníamos poco espacio para maniobrar; las mujeres propietarios del negocio de hostelería se daban prisa a atender las demandas para que no se marchara nadie y aprovechar el tirón que sabían duraba poco, el paso de los que salían de Burgos, alrededor de una hora. Lo sabían muy bien e igualmente sabían cobrar, 15 € por dos bocatas de tortilla y una botella de vino, es un buen negocio el Camino. Lo sacamos a la terraza, al solillo, y nos supo a gloria. A René le gusta el vino, le da igual Rioja que Ribera, así que entre ambos dimos buena cuenta de la tortilla y del contenido de la botella; luego no haríamos comida, sino cena, allá por las 7 u 8 en el Hostal que ahora reservaríamos.
René es un relaciones públicas, su educación, dominio de cuatro idiomas y su parecido con el actor americano Morgan Freeman hacen de él una persona que llega y contacta muy bien con todos los perfiles de los peregrinos. Efusivamente le saluda una peregrina que llegó en ese momento, era una joven alta, unos 35 años, y muy atractiva físicamente, hablaban en inglés. Fueron 3', la joven estaba con muchos y ninguno, saludaba a más peregrinos, comió algo y pronto partió sola. Después René me contó que la había conocido en otra etapa y había hablado poco tiempo, ha apreciado es una mujer que concede un breve tiempo de su vida a todos, entre las cosas que comentó fue que era una persona que por motivos de salud le quedaban cuatro meses de vida y tenía la necesidad de  cumplir su sueño de hacer el Camino. Sentí el deseo de que me ofreciera a mi esos minutos que a todos ofrecía, le animé a René a terminar de almorzar para alcanzarla y hablar con ella.  
 Pronto la distinguimos en la lejanía, el trazado era de asfalto, unos por la izda otros por la dcha.; un paisano de la zona aconsejaba a los de la dcha que cambiaran de lado. No iba sola, la acompañaba otra peregrina, esperábamos que la dejara, fiel a su estilo, para acercarnos y conocer su historia, no era por morbo sino por el valor extraordinariamente humano que representaba. Vimos que se paraba y lentamente se agachaba hasta sentarse en la orilla de la carretera, le atendía la chica que en ese momento le acompañaba. Se echaba la mano a la cabeza, decía que se mareaba. Hacía calor, la dimos agua y mojamos la cabeza; René y yo nos miramos y nos preguntamos con la mirada si esto tendría relación con su mal. En pocos minutos se recuperó y se incorporó; en tono confidencial René le preguntó si de verdad se encontraba bien, "sí, si  ha sido un mareo por el calor, estoy bien", "¿te acompañamos, quieres?", "no, gracias, quiero estar sola". Cuando la vi en ese estado comprendí que no debía pretender conocer algo más de lo que sabía, igualmente  no hacer fotos. No la volvimos a ver ni a saber más de ella.


La joven que la acompañaba en ese momento iba a ser después mi otra "amiga" del Camino. En ese momento nos saludamos con la palabra más repetida entre ambos: "Hi" y sus primeras palabras  "I'm Germany, and I have started the way in Burgos". El caballero René, con su dominio de inglés, y su amabilidad, mantuvo conversación durante unos minutos. Era una joven que ya con la mirada te sonreía e invitaba a ser su amigo, inmediatamente conocías que en el interior de ella había un buen corazón y un alma sensible. El destino quiso que volviéramos a coincidir en otros momentos y en otras etapas, y siempre existía la sonrisa alargada junto el saludo, "Hi". Primero en etapas como Castrojeriz y La Virgen del Camino y posteriormente en todas las etapas gallegas, donde  ya coincidimos muchas veces en el Camino y en albergues y dialogamos lo que podíamos  con su poquito español y mi poquito inglés. Suficiente para conocer que Svenja es una joven alemana de 27 años, profesora de Educación Infantil con un noble y emocionante motivo para hacer el Camino.
Agrupo hoy las imágenes de Svenja en esta etapa, para llevarlas posteriormente a otra página final de "Los amigos del Camino". Hasta entonces las dejo aquí.

                                                       Amigos del Camino. SVENJA
 En Hornillos del Camino solo hay un albergue municipal, por lo que René y yo reservamos desde Tardajos una Casa rural, la del Molino. Esta está a varios kmts del pueblo pero vienen a recogernos  coche y al día siguiente nos ponen de nuevo en el Camino. Este transcurre entre  campos amarillos ascendiendo y descendiendo por mesetas de alturas hasta de casi 1000 metros; hay que tener en cuenta que Burgos ya está a unos 850 m. por ello no es mucho el desnivel a superar, pero sí genera unas panorámicas del Camino muy bonitas desde arriba,  como las de Hornillos y su valle que pueden apreciarse  en el vídeo de fotos. Son solo 150 metros de desnivel. En la etapa de Burgos que nos falta volveremos a tener otro ascenso y descenso de meseta, hasta llegar a la provincia de Palencia, donde ya el terreno será completamente plano.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Etapa 15 : Hornillos del Camino - Castrojeriz (21 kmts)

Día 19-09-13
En la Casa Rural de el Molino cenamos muy bien, junto  un grupo de ingleses, un médico mejicano que hablaba tan bien el inglés que parecía uno más del grupo, y un matrimonio catalán que empezaban hoy el Camino. Comimos tan bien que antes de acostarnos, en la noche, bajo luna llena, necesitábamos René y yo  dar un paseo por los caminos de polvo entre los campos de rastrojos que a mi me resultan muy familiares, no así a René, francés, aunque vive en Mallorca desde que está jubilado, pero a quien le encanta Castilla  al igual que a muchos otros peregrinos, la llaman la sublime y salvaje meseta, la sueñan porque en ella encuentran la paz, la reflexión que muchos buscan en el Camino, a través de los cielos inmensos y  horizontes infinitos.
Hay una agradable brisa suave que mezcla los olores húmedos del arroyo con los secos de las pajas. Caminamos por un camino rural, iluminados por la linterna de la luna, con pocas palabras, hasta que las luces  de la Casa  Rural se hicieron visualmente muy pequeñas.

Esta Casa Rural forma parte importante de la historia de el Camino. A ella llegó hace unos 10 años un joven americano a pasar la noche como nosotros, entonces había en la Casa una joven de su edad, y ocurrió que el  angelito travieso del arco y la flecha, disparó y atravesó el corazón de ambos; una vez hecho el Camino la  siguiente etapa del joven, después de Santiago, fue Hornillos. Pasado un tiempo el joven volvió de Los Angeles para llevarse allí a la joven que era, es la hija de la propietaria de la Casa. Ese joven era, es, hijo del director de cine Emilio Estévez, nieto del actor Martin Shenn. El Camino, su entorno, los protagonistas,  habían dejado, como generalmente ocurre, una huella profunda en el americano, por ello pidió a su abuelo y padre hacer una película sobre el Camino, así nació The Way, dirigida y escrita por su padre e interpretada por su abuelo, y que es la causante de la llegada de miles de americanos a la Vía de las Estrellas; alguna de las escenas fue rodada en esa Casa. Así es como nos lo contó la madre de la joven que hoy vive muchos usos horarios al oeste del nuestro.

  
 Como estaba previsto, en un par de coches nos llevaron hasta Hornillos para situarnos en el Camino. La meta de hoy es Castrojeriz, una etapa que tengo curiosidad de hacer porque en varias ocasiones he estado en esta  localidad, que me gusta por su trazado y disposición circular en las faldas del cerro con una fortaleza asentada sobre un castro romano y visigodo, el "castro sigerici", origen del nombre actual.
Durante un tiempo caminamos junto a Miguel, el mejicano que se albergó en la misma casa rural que nosotros, nos contó que era un médico jubilado y que hacía el camino por dos motivos : "agradecer a Dios el camino de mi vida profesional y familiar que he tenido hasta aquí y para reflexionar sobre qué y cómo ha de ser el camino de mi vida a partir de ahora".
La pendiente en ascenso que tenemos hasta llegar a una meseta de 950 m. es alargada por lo que no se acusa mucho, delante tenemos una planicie de unos 8 kmts antes de bajar a Hontanas prácticamente en la misma altitud de los 800 m. de Castrojeriz. El día es claro y en el norte se divisa perfectamente la montaña palentina, se distinguen los perfiles de sus picos emblemáticos, el Curavacas y Espigüete, igualmente la Peña Amaya en Burgos. En la mitad de la etapa y bajando de la meseta por un pedregoso camino aparece Hontanas, su nombre se deriva de "Fontanas", de las muchas fuentes que tenía el lugar, una localidad pequeña que vive y permanecerá por el Camino.
Son las 10,30 de la mañana, un horario ideal para almorzar, los dos o tres establecimientos hosteleros se inundan de peregrinos. En uno de ellos solicité la localización de un enchufe para cargar el móvil, y una joven extranjera me dijo en un buen castellano, de forma correcta y con una sonrisa: "al Camino se viene también para desenchufarse de esos aparatitos".
Entre cerros, junto a chopos que crecen en la vereda de los arroyos, discurrimos por 6 kmts hasta encontrarnos con las ruinas del Hospital de San Antón que también fue Palacio del Rey Pedro I de Castilla. Entre sus ruinas se ha habilitado un edificio como albergue para peregrinos administrado por hospitaleros voluntarios. Hospitaleros de este albergue  fueron Julián y José, dos personas muy queridas y reconocidas en este lugar y en Castrojeriz, ellos entregaron su vida al voluntariado en el Camino y en la India, pero en un desgraciado accidente de tren dejaron su vida en el año 2006.
Tan solo se conservan algunos muros de la nave central, parte del ábside y la fachada de la iglesia, así como los arcos del porche bajo los cuales pasa la carretera y el Camino.


Superando ese porche aparece una larga recta de 4 kmts que nos lleva a Castrojeriz; se divisa el elevado cerro y su fortaleza.
Entramos por la Calle Real que podrá tener una longitud de 1 kmt., calle empedrada entre edificios blasonados y nos detenemos en  La Taberna, un pequeño Bar a la antigua usanza, para tomar la cerveza del final de la etapa. Allí  encontramos a Louise, la escocesa que había sido atacada por los chinches en la primer etapa, y nos pagó las cervezas. En el interior hay  una fotografía enmarcada donde se ve a Paulo Colheo junto al tabernero, año 1986, buen olfato tuvo éste para hacerse la foto con el escritor brasileño, porque entonces solo le conocían en su casa ya que comenzó a escribir después de hacer el Camino.

Igual que en Hornillos habíamos reservado una habitación con dos camas en un Hostal, y tras las obligaciones higiénicas quise aprobar una vieja asignatura como es subir a la fortaleza o el castillo, ahora no dependo de nadie así que ¡para arriba!. Y vaya si merece la pena, hay una subidilla bastante dura pero conocer la fortaleza y las vistas panorámicas compensa el esfuerzo.
Después de bajar, junto al Albergue Municipal, en la terraza de un Bar hay muchos peregrinos saboreando alguna bebida, entre ellos distingo a Svenja, ella también me ve y nos saludamos con "hi" y una sonrisa. He quedado con René para cenar en el Hostal. 



viernes, 27 de septiembre de 2013

Etapa 16 : Castrojeriz - Fromista (26 kmts)

Día 20-09-13
Otra buena mañana con una luminosidad que alienta a caminar. Salir del pueblo y enfrente ya se ve una alargada meseta y en ella, marcada,  la serpeante  senda por la que debemos ascender; se trata del Alto de Mostelares para acceder a una meseta de 900 m. de altitud (Castrojeriz está a 800 m.) y arriba tendrá una longitud de 2,5 kmt. La ascensión es fácil en los primeros kmts de la etapa y en las primeras horas del día, distinto será a mediodía, con calor y kmts en las piernas, el firme está muy bien cuidado pensando en todos y especialmente en los "bicigrinos", los que van en bici, para estos es muy dura la subida y parece ser que hay quien renuncia al esfuerzo y prefiere más kmts en llano. Sin duda es una de las subidas más duras después de Roncesvalles. A mi no me costó mucho subir, me entretenía con las fotografías y disfrutaba observando el paisaje que era más bello cuanto más subía. René estaba entretenido hablando con una brasileña, "me tengo que echar ahora una amiga", me había dicho, yo en Fromista me iba a salir del Camino para estar un par de días en Palencia.
En una hora estábamos arriba, allí casi todos coincidían en descansar, bajar la mochila y tomar algún alimento como refuerzo. Estaba una joven catalana que había empezado en Burgos, era su tercer etapa, y habíamos conocido antes de llegar a Tardajos. La vimos agachada, haciendo fotos a objetos muy próximos a la máquina, "estará haciendo macro a alguna flor o hierba", pensé, pero cuando nos acercamos vimos que el motivo de la foto era un cangrejo señal. El camino pasaba por encima de un arroyo con mucha agua que estaba plagado de cangrejos, se les veía muy bien desde arriba y algunos salían a darse un "paseo" fuera del cauce, como el que estaba fotografiando la joven. Le expliqué este comportamiento en el cangrejo señal y cómo y por qué existía  en nuestras aguas. "¡Vaya!, el primer aprendizaje del Camino", comentó. Caminamos juntos hasta Tardajos, después ya no nos vimos hasta hoy. Hoy iba mal, tenía muchas molestias en los piés, me dijo que quería llegar a Boadilla del Camino, 20 kmts, porque quedarse en Itero, 10 kmts., le parecía poco y debía llegar a León en una semana, no disponía de más días. "Ya te reservo albergue en Boadilla, conozco al propietario de el albergue En el Camino, así que ve despacio, ¿cómo te llamas?", "Sara".



René había vuelto conmigo, la brasileña no había querido descansar. No se si volvería a verla, después de esta etapa  no volví  a ver a René hasta Santiago, él volvía a casa el día que yo llegaba y vía teléfono quedamos en la Plaza del Obradoiro para despedirnos.


Muy pronto superamos la planicie del Alto de Mostelares y apreciamos una llanura inmensa, totalmente amarilla, salpicada con algunas manchas de un verde claro que correspondían a cultivos de girasol. Antes de la línea del horizonte se apreciaba una línea continua de un verde oscuro, era el arbolado en el  curso del Rio Pisuerga, la línea geográfica que separa las provincias de Burgos y Palencia, la tierra donde nací y donde vivo. Igualmente que en el ascenso, desde arriba se apreciaba perfectamente el trazado del camino hasta la línea verde.
Nos aproximamos a la línea verde y un vehículo viene por el Camino, se para delante de cada peregrino y les entrega un papel, es información de un albergue en Itero de la Vega. Conozco a la persona, trabajó en la misma empresa que yo en Palencia, se acogió a bajas incentivadas, tal vez con aquel dinero creó un albergue y ahora vive o pretende vivir del paso de los peregrinos. El Camino genera puestos de trabajo y medios de vida.
Ya tenemos la línea verde convertida en un frente de ese color, el rio Pisuerga nos enseña sus aguas, llegamos a una Iglesia o ermita, son los restos restaurados del templo parroquial de un pueblo que allá por el siglo XVI existió en ese lar y se llamó Puente Fitero, el nombre del puente que Alfonso VI construyó en el siglo XII para que los peregrinos pudieran superar las aguas del rio. Parte de esos restos fueron restaurados altruistamente por una cofradía italiana que es quien hoy administra el albergue allí construido. A cien metros está el puente románico, otra de los muchos edificios de valor que hay en el Camino.
Son las 11 de la mañana cuando cruzamos el puente y vemos una placa verde que dice: Provincia de Palencia. Durante algo más de 1 kmt caminamos por asfalto junto la vega verde del Pisuerga y cruzamos el pueblo de Itero de la Vega, no nos detenemos porque queremos comer en el albergue de Boadilla y después continuar hasta Frómista. Volvemos a pisar camino de  tierra entre parcelas de rastrojos de cereales y de regadío. Son ocho kmts los que faltan, empiezas a sentir el cansancio  y  la mochila ya no sabes cómo colocártela. Son las 13  horas y entramos en el pueblo, me llama la atención al albergue municipal porque está edificado en las antiguas escuelas, donde en el año 1999 representé una obra de teatro, miré por fuera y traté de recuperar "imágenes" de hace 14 años. Pero las exigencias de otros miembros del cuerpo son mayores que los recuerdos del corazón, así que muy poco permanezco allí, hay que buscar el albergue "En el Camino" junto a la Iglesia y el rollo medieval.
Inmediatamente después de llegar, una cerveza bajo una sombrilla y reencuentro con alguna cara del Camino. Jesús Merino es el propietario del mejor albergue de Boadilla y uno de los destacados del Camino Francés, le conozco porque es un ex-compañero de la empresa donde ambos trabajamos durante más de 30 años y porque fue el alcalde que contrató a nuestro grupo de teatro y quien nos invitó a comer en el mismo lugar donde ahora estamos. El albergue estaba a tope de peregrinos y a punto de colocar el cartel de "full", reservé una plaza para Sara avisando de que llegaría tarde. Descansamos, comimos, y después de tomar café y charlar con los propietarios volvimos a cargar las mochilas. A estas horas... las 15 h., ¡muy mal se hace el Camino!, pero eran los planes previstos y  salvo fuerza mayor conviene cumplirlos.


Un par de kmts después de la salida del pueblo, el Camino se incorpora a la margen derecha del Canal de Castilla, es una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de las realizadas entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX,  y fue construido para facilitar el transporte del trigo de Castilla hacia los puertos del norte y de allí a otros mercados. Sin embargo, la llegada del ferrocarril pronto le hizo quedar obsoleto. Una hora después estábamos en las esclusas de Fromista, construidas para salvar el desnivel del terreno, desde donde ya se ve la localidad que está a unos 200 metros.
Buscamos albergue para René, es muy tarde, a estas horas ya están todos los peregrinos de la etapa albergados y estaban  llenos los primeros donde llamamos, encontramos plaza en el albergue situado al lado de la estación de tren. Me despedí de él, no volví a verle hasta el último día de su Camino antes de embarcar para Mallorca.
Me esperaba uno de mis hijos para llevarme a Palencia, me incorporaría al Camino el día 24, en Terradillos de los Templarios. El Camino de Fromista a Terradillos lo había hecho en pequeñas etapas, en el verano pasado.



jueves, 26 de septiembre de 2013

Etapa 17: Terradillos de los Templarios - Bercianos del Real Camino (23 kmts)

Día 24-09-13
De Fromista a Terradillos hay dos etapas del Camino. Mi intención era permanecer dos días en casa porque el trayecto físico de esas etapas ya lo había hecho a pié por diferentes motivos, y además, así me incorporaba con la mayoría de gente con la que había venido. Pero por asuntos personales tuve que estar un día más, lo que significaría que la gente con la que me iba a encontrar en la etapa iba a ser nueva.


Carlos trabaja en Carrión y todos los días va desde Palencia, así que pensé que este día podía madrugar un poco más y hacer algo más de recorrido para dejarme en el Camino. Ya clareaba cuando llegamos a Terradillos, hacía un poco fresco pero se intuía que el día iba a ser bueno.
Con muchas ganas e ilusión renovada caminé por las calles del pueblo buscando la flecha amarilla que me indicara la vía, pronto vi la espalda de un peregrino y más tarde vi a otro por delante y luego un par de ellos por detrás. ¡Estaba en el Camino!.
Poco a poco recuperaba las sensaciones y el ritmo de caminar, a la vez que el día clareaba. Había un amanecer precioso y no podía  dejar de  grabarle con la máquina de fotos del móvil. La Fuji X-10 la dejé en casa porque la conclusión a la que había llegado era que pesaba y que era un objeto fácil de perder,  el Samsung Galaxy 3 me hacía esa función. En menos de media hora llegaba a la planta fotovoltaica de esta localidad, la conocía, la había instalado la misma empresa que la nuestra, Tecnoam.
El sol asomaba ya por el Este, justo por el Este, puesto que hace solo dos días estaba en el Equinoceo; a partir de ahora y hasta el Equinoceo de primavera saldrá por el cuadrante Este-Sur-Este.

Cerca de la planta fotovoltaica, en un descanso junto una fuente, un peregrino hace su mochila, me detengo junto a él para comer unas galletas y un zumo. Es francés y ha dormido allí en tienda de campaña, me dice es así como hace el Camino, etapas de unos 40 kmts y entrando en los albergues solo para asearse cada  cuatro días aproximadamente; yo no podría hacer así el camino, ni andando tanto, ni durmiendo al raso en tienda de campaña, ni estando cuatro días sin ducharme. Me pongo en marcha antes que él, le deseo ¡Buen Camino!, no volví a verle.
Aún no habían transcurrido dos horas y ya se divisaba Sahagún; por delante van dos parejas, me acerco a ellas, la vía es estrecha y no quiero molestar para adelantarles, me adapto a su ritmo. Antes no había visto nunca dos españoles juntos, ahora son cuatro, dos mujeres y  de Bilbao. La crisis, los pisos que compraron, los millones que ganaron con uno, los que perdieron con otro, los créditos de los Bancos, ....¡basta ya! ¡no les aguanto más!. ¡Por favor!, ¿me dejáis pasar?. En el Camino como en el trabajo o en el autobús, pronto te das cuenta con quien tienes "feeling" y con quien no. En menos de 1 minuto descubrí que con esos mejor lejos que cerca. A pesar de coincidir con ellos en dos albergues y en varios puntos, nunca hubo más de un "hola" o "adiós"; después de Foncebadón nunca más les vi.


A las 10,30 entraba en Sahagún y ¡casualidad! hallé la pareja de habla inglesa que conocí en Saint Jean buscando el albergue recomendado de Gite Compostella como la única oportunidad donde dormir. Ella me saludó con una sonrisa de aproximación, le respondí igualmente, pero sin mediar más palabras porque ya sabíamos que no nos entendíamos. ¡Hay que aprender inglés!.
No tenía prisa, había hecho reserva en Bercianos en el albergue de Santa Clara, recomendado por la guía Erosky http://caminodesantiago.consumer.es/albergue-santa-clara-de-bercianos, así que dedicaría un tiempo a ver el mudéjar de Sahagún, románico de ladrillo, pues esta villa es una de las más indicadas para ver y conocer este arte de los mudéjares, gentes de religión musulmana y cultura árabe que permanecían en los reinos cristianos tras la conquista de su territorio.


A las 12 salía de Sahagún por el puente Canto, sobre el río Cea, éste fue construido en el siglo XVIII aprovechándose los sillares de una pequeña capilla inconclusa, aunque sus orígenes se remontan al imperio romano. Fotografiaba el puente con el Cruzeiro cuando una joven de habla inglesa me tomó el móvil, casi sin pedirme permiso, y me indicó el lugar donde ponerme para hacerme una foto, una vez hecha me lo devolvió y me dijo "Good bye", caminaba con otra joven de su edad, iban más deprisa que yo y después de unos 5 kmts las perdí de vista, volví a verlas entrando en León, coincidimos por los dominios de Caja España y seguimos juntos hasta el barrio húmedo leonés. Antes, en las primeras horas de ese día había visto dos chicas  jóvenes que estaban en el campo, al cobijo de unos árboles, deshaciendo una tienda de campaña y me parecieron ellas, después comprobé que lo eran.


Volviendo a la salida de Sahagún he de comentar que aquí comenzaban las cuatro etapas más feas, aburridas y monótonas del Camino, hasta llegar a Astorga, solo tienen el atractivo de conocer la capital León, el Camino es recto y tedioso. Hasta Bercianos del real Camino hay unos 11 kmts que me resultan muy familiares, van orilla de la carretera primero y más tarde de la autovía a León, un trazado que muchas veces he hecho en coche o autobús cando íbamos y veníamos a León a jugar partidos de Baloncesto, generalmente. Pensaba que desde los coches que circulaban ahora por estas vías me verían como yo en tantas ocasiones veía a los peregrinos, con admiración y respeto.
A las 14 horas entro en el albergue Santa Clara de Bercianos, es muy pequeño, es una casa particular que un matrimonio ha puesto a disposición de los peregrinos al precio del donativo, son dos habitaciones con cuatro literas cada una, en una se albergan dos parejas de franceses y en la que me ha correspondido estamos una joven vasca, un canadiense, un americano y yo. Me toca esperar a la ducha, solo hay una y un servicio para todos. Se hace tarde para comer, hay que hacer la colada, así que lo mejor es picar algo en el único Bar-Restaurante que hay, y a las 7 u 8 cenar. Coincido con la joven vasca y cenamos juntos, me cuenta que comenzó con su pareja en Logroño y que pronto comenzó la discordia entre ellos por el ritmo de cada uno. Él ya estaba en casa y ella terminaba mañana en Mansilla de las Mulas.
 El Camino hay que hacerle solo, sin que nadie te condicione y sin que tú condiciones a nadie.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Etapa 18 : Bercianos del Real Camino-Puente de Villarente (34 kmts)

Día 25-09-13
El canadiense se portó bien, no roncó. Lo habíamos hablado la chica vasca y yo, "este tiene pinta de que ronca", pero ¡no!, ella sí tuvo algún momento que.....emitía algún sonido continuado. Tuve muchas ocasiones de coincidir con el canadiense, en el Camino y en albergues, si no estaba caminando estaba con su Tablet conectado a internet o durmiendo. Creo que ni un saludo crucé con él, solo hablaba con los de su nacionalidad, no miraba a la cara a nadie que no le interesara, y yo no era de su interés.
"¡Vicente, vas a alucinar con el desayuno!", me dijo la joven vasca, no recuerdo su nombre. Este albergue de Santa Clara funciona con donativos, no te piden nada por dormir y desayunar. Hay una ovejita, no cerdito, donde cada peregrino introduce los euros que quiere, un peregrino  puede marcharse  sin aportar nada porque nadie le vigila ni se lo recuerda. En la cocina había preparado Clara, así se llamaba la hospitalera, un buen surtido: zumos, tostas, mermeladas, yogures, cereales, danacol, etc. Sin duda el mejor desayuno. Me gustaría conocer la media de lo que aportamos voluntariamente los peregrinos por usar los servicios de  esa casa desde las 14 o 15 horas, hasta las 7 u 8  h. del día siguiente, desayuno incluido.


A las 7,30 ya estaba en el Camino, la etapa la había programado larga, pocos minutos después ya no se escuchaban el ladrido de los perros.
El trazado recto, como si le hubieran trazado con un tiralíneas, plano, monótono, pegado a la carretera. Caminar por esta planicie leonesa es como estar en una cinta de gimnasio.


A unos 2 kmts aparece un regalo natural, una laguna con puesto de observación a las aves que allí invernan y habitan. La mañana clarea, el sol que aún no ha despuntado por el horizonte ilumina desde abajo las nubes, minuto a minuto se aprecia cómo varían los colores y los tonos. La laguna esta delante del punto del orto por lo que los colores del cielo se van a ver reflejados en las aguas de la laguna. Me establezco en el puesto de observación de aves, presto a "cazar" los movimientos del sol y sus efectos. Veo a los peregrinos pasar por el Camino, a ninguno le llama la atención el espectáculo de la laguna.
Han sido unos 20 minutos viendo y captando esas imágenes, después de los cuales vuelta a la larga recta. No hay nada positivo de destacar salvo el encuentro con un francés, un "bicigrino" que hacía el camino con una bici eléctrica, estaba muy contento con ella.
Llego a Reliegos, 7 kmts antes de Mansilla, allí habita otro de los peculiares personajes del Camino, Sinín, el Elvis Presley de Reliegos, llamado así porque en el Bar que regenta en este pueblo del camino, la música que suena es la de ese rockero. Su imagen ha trascendido también por los colores de la fachada del establecimiento y porque en el interior las paredes están tapizadas de dichos, garabatos y dedicatorias escritas por los peregrinos que por allí pasan a diario. Y...¡como no!, por la propia personalidad de este hombre.


En este Bar encuentro a la joven vasca, tomamos una cerveza juntos y continuamos el resto del Camino hasta Mansilla, lugar donde ella iba a finalizar su Camino. Ella había reservado albergue y éste estaba en la entrada del pueblo, por lo que allí nos despedimos. Yo busco restaurante donde comer, un joven me recomienda donde comería él, así que allí voy. Fue un acierto. Después de comer no es recomendable caminar, pero había decidido hacerlo e incluso ya tenía reservado albergue en Puente de Villarente, a 6 kmts de allí. 


Paseo por el centro antes de buscar la salida, en un centro de cultura observo que se está celebrando en este mes de Septiembre un Certamen de Teatro Aficionado, leo la programación y observo que hay un grupo donde hay una joven que empezó teatro conmigo. Esto me gusta y me crea nostalgia. Son las 15, 30 h. no hay nadie alrededor, solo yo sentado delante de la cartelera, recordando...
No tengo ningún deseo de seguir caminando pero tengo que hacerlo, no es bueno rendirse una vez, si quiero llegar a Finisterre no debo empezar a "perder".
Camino paralelo a la carretera, hace mucho calor, no hay ningún peregrino, ¡solo yo!, de vez en cuando desde la ventanilla de algún coche o camión se oye un grito: ¡Animo!, no se si es sincero o es cachondeo, pero a mis piernas y a mis hombros, a mi espalda, las digo : !Escuchad cómo os animan!, ellos solo entienden mis mensajes.


A las 16,50 h. tengo delante el Puente de Villarente sobre el Rio Porma, una vía de unos 150 metros de longitud, con 20 ojos. Han sido 34 kmts, la etapa más larga que he hecho, no se si haré alguna igual o parecida, será difícil porque mi cuerpo no está preparado para tanto esfuerzo.
El albergue San Pelayo no tiene mucha gente, este punto de la etapa está mal situado  en el trazado, lo más habitual es terminar en Mansilla, hay un matrimonio, creo, español y personas de habla inglesa, seremos unos 12, pienso que un 25 % de su capacidad. Está muy bien, es nuevo, muy limpio, buenas literas, buenos aseos y duchas, esto es muy importante.
Hay que hacer pronto el lavado, no quedan horas de sol para secar.

martes, 24 de septiembre de 2013

Etapa 19 : Puente de Villarente - La Virgen del Camino ( 20 kmts)

Día 26-09-13

Etapa con la historia importante del paso por la ciudad de León. Sin duda, junto a Burgos y Pamplona, las poblaciones más importantes del Camino. En esta ciudad, los peregrinos que tienen la cultura como un motivo más para hacer el Camino, detienen su marcha y descansan un día para conocer la ciudad. Yo no presumo de conocerla pero sí de haber estado muchas veces, por lo que no detengo mi caminar más allá de disfrutar una vez más de los edificios históricos y notables y de degustar un vino y pincho tradicional de esta ciudad.


La noche en el albergue de San Pelayo no fue relajante, la pareja española eran unos buenos "músicos" y dominaban bien los instrumentos de la "trompeta" y el "tambor", su descanso era mi tiempo de dormir.
Antes de llegar a la ciudad he tenido que caminar 12 kmts por caminos paralelos a la carretera nacional durante unas 3 horas. En un punto del trayecto, entre árboles observo a dos jóvenes recogiendo una tienda de campaña, sin duda que han dormido allí, me parecen las jóvenes que en la salida de Sahagún me tomaron el móvil para hacerme una foto; efectivamente eran ellas, lo compruebo cuando me adelantan entrando en León después de los dominios de Caja España, son las jóvenes que aparecen de espaldas en una de las fotos del vídeo, por las calles leonesas.
He notado en las noches que paso frio, el pijama de verano que he utilizado en las primeras etapas no es suficiente para las temperaturas más bajas que ahora hay en las noches, han pasado ya 21 días y los días que vienen son más fríos que los actuales, por ello busco solución. En una tienda de ropa de montaña, próxima a la Catedral, comento esta circunstancia con el empleado, este es un joven que ha hecho el Camino y me recomienda una camiseta y pantalón térmico que me serviría además para utilizarle siempre; fue una recomendación muy acertada.


De León a La Virgen del Camino hay unos 8 kmts, aunque es otro municipio diferente al de la capital, no hay tierra entre ambas poblaciones, hay aceras y ladrillos. No estoy dispuesto a caminar  entre gente, ruidos, humos de coches, aceras y semáforos, por lo que me informo de los autobuses que van a La Virgen y tomo uno de ellos.


Tenía buena información del albergue municipal de La Virgen del Camino, así que no dudé ir a él. Había mucha gente y comprobé que  el establecimiento público tenía unas muy buenas instalaciones para acoger a los peregrinos, entre ellas había una zona verde amplia que en un día de sol como era este invitaba a echarse sobre el césped, y esto es lo que hacía Svenja, la joven alemana que conocí en Burgos y después saludé en Castrojeriz. Me gustó volver a escuchar su "Hi" y ver su sonrisa.
Esta población nació en torno a un santuario dedicado a la Virgen cuyo origen recuerda una aparición mariana que le sucedió a un pastor en el siglo XVI. La Virgen entregó al zagal una imagen de la Piedad para la cual se levantó una ermita. Sobre ella se edificó después un templo barroco del que tan solo se conserva un retablo, y ya en este siglo, se sustituyó por el templo actual. Se trata de un edificio realizado en hormigón, con fachada adornada por las esculturas en bronce de los doce apóstoles.


Esta Virgen es la patrona de León y son muchos miles de fieles los que tiene, incluso más allá de esta provincia, como es la de Palencia, de donde yo procedo, y donde mi madre que era una mujer muy creyente era también muy devota de esta Virgen. Por este motivo, en la tarde,  me acerqué a la Iglesia y pude observar que la devoción sigue vigente.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Etapa 20 : La Virgen del Camino - Hospital del Orbigo (26 kmts)

Día 27-09-13


Diariamente, al final de cada etapa, escribía un modesto diario donde reflejaba las vivencias, sensaciones y sentimientos de cada etapa, así en ese día 27 escribía en el albergue de Hospital de Orbigo : "20 etapas pueden ser muchas cuando piensas en hacer el Camino, pero son pocas cuando
estás metido en él. Tal vez es el atractivo del mundo interétnico, intercultural, internacional, el que te lleva a caminar, el sentirte en otro mundo  distinto del rutinario en el que vives, o tal vez sea la sonrisa como contrapunto a lo habitual, o tal vez el descubrimiento de que puedes caminar cada día cerca de 30 kmts, o tal vez olvidarte de los "ídolos de barro" a los que diariamente rendimos culto. El Camino engancha, es otro mundo, y es de esto de lo que casi todos estamos necesitados".
La etapa comenzó con emociones. No es habitual presenciar personas caminando por las aceras en el horario de las 7 de la mañana, esto me llamó la atención, se dirigían a la iglesia, ¿irán a misa a estas horas tempranas?, ¿tanta devoción hay a esta Virgen y a estas horas?. La curiosidad me llevó hasta el punto de encuentro de esa gente. LLegaban desde todas las direcciones, en la Iglesia había ya muchos fieles que portaban una vela encendida, las velas las traían de casa y las encendían al entrar en la Iglesia. Dentro cantaban y un grupo de párrocos se dirigían desde el altar hasta la puerta de la calle, las personas se incorporaban a su estela y forman una procesión que salía al exterior de la Iglesia de la Virgen del Camino. Solo se escuchaban los cánticos religiosos. Yo estaba en el exterior, quieto como una estatua con mochila presenciando con respeto tanta devoción. Me acordé de mi madre, de la devoción que sentía por esta Virgen y sentí que su alma formaba parte de la procesión, igualmente sentí una profunda emoción que no quise contener, una mujer mayor me ofreció una vela y me invitó a participar, sin mediar palabra acepté la invitación. Estuve cinco minutos, tenía que volver a mi Camino, fueron los 20 minutos de más emoción en el Camino y que formarán parte de los capítulos inolvidables.


Ya no quedan peregrinos que han pasado la noche en esta población, todos están uno o dos kmts por delante, los que encuentro ahora son los que han dormido en León.
La etapa es PLANA y MONOTONA y además paralela a la carretera por lo que el tránsito de los vehículos se convierte en molestia y también en peligro. El día está cubierto y amenaza lluvia, la horizontalidad amplia permite ver cortinas de agua en puntos distantes que hacen pensar que en cualquier momento vendrán a nuestro encuentro. Efectivamente, a las 11,30 de la mañana tengo que estrenar la capa que había comprado en mi parada de Palencia, es muy práctica y eficaz contra el agua, el problema es que no te mojas de fuera a dentro, pero te empapas desde dentro con el sudor. Es una nueva experiencia que se agradece por ello, en las etapas precedentes hemos tenido suerte con el buen tiempo, tan solo a la salida de Pamplona nos mojamos un poco. En algunos momentos aumenta su intensidad y se vuelve molesta, especialmente cuando el rodaje de los vehículos nos expulsa el agua del asfalto.

A las 13,45 h. estoy pisando la calle empedrada de Hospital de Órbigo que me lleva al puente de origen medieval, 19 ojos, inmortalizado en la hazaña del caballero don Suero de Quiñones y que por conmemorar esta historia o leyenda, anualmente se celebran representaciones de torneos medievales. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Paso_honroso
"Es un acceso legendario de origen romano, aunque restaurado después. Además de unir Astúrica con León, formaba parte de la vía Aquitania por la que transportaban de Astorga a Roma el oro de los astures. Por él discurrieron legiones romanas, ejércitos suaves y godos, tropas inglesas y francesas, y, sobre todo, peregrinos, miles y miles de peregrinos. Y como siempre con cierta trascendencia en estos casos, yo, hasta el momento, soy el último de ellos." (Antxon González - EL GRAN CAMINANTE)


En el Camino había encontrado propaganda de Albergue San Miguel y reservé una plaza. No fue una mala decisión, es un albergue privado, moderno, equipado con mobiliario suficiente y limpio, y con una singularidad como es el ofrecimiento a los peregrinos y práctica de expresión del arte de la pintura. Son muchos los cuadros colgados por las paredes firmados por los peregrinos que han estado en ese albergue que sirven de buena ambientación y decoración. La lluvia de la tarde rechazó el intento de dar una vuelta por el pueblo, así que hubo que permanecer en el albergue y entretener el tiempo, unos jóvenes americanos aficionados a la pintura contribuyeron a ello.
En el albergue solo hallé una cara conocida, la de Svenja, allí estaban ella y su eterna sonrisa y educación.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Etapa 21: Hospital del Orbigo - Murias de Rechivaldo (21 kmts)

Día 28-09-13
Por la noche la lluvia fue más constante, insistentemente golpeaba en el tejado del albergue haciéndose notar, sonaba a reto más que a advertencia, estábamos preparados aunque no dejaba de preocuparnos o preocuparme tener que soportar una etapa de lluvia. A las 7 de la mañana su presencia era notoria y protagonizaba los comentarios de los peregrinos que comenzábamos a asomarnos a la puerta. Algunos preguntaban por los horarios de autobuses que les llevaran a Astorga.
Vi a la joven Svenja que estaba preparada para iniciar su camino, con ella no había tenido más que educadas palabras de saludos y quería tener un recuerdo gráfico de ella porque tal vez no la volviera a ver y quería recordarla como uno de los peregrinos de mi Camino, por lo que la solicité hacerme una fotografía con ella.
Mentalizado para soportar la lluvia salí al Camino. Había dos direcciones posibles para llegar a Astorga, elegí el más largo por estar alejado de las vías de asfalto, fue un  acierto. La mayoría de los peregrinos lo hizo también, a juzgar por el flujo que se veía y acompañaba. Pronto llegamos a Villares de Órbigo, solo 2 kmts, el camino hasta aquí lo hice al ritmo  de dos parejas  de alemanes que llevaban capas de colores rojos y amarillos; en la plaza me solicitaron les hiciera una foto y se me ocurrió situarles formando la bandera de España, accedieron entre risas y bromas.


La lluvia era intermitente y no  muy fuerte por lo que se soportaba muy bien. El Camino era entretenido por la variedad de paisaje, suaves colinas, pequeños bosques de encinas, robles y pinos por localidades tranquilas y campos de cereales y especialmente por hallar a otro personaje del Camino, sin duda uno de los más singulares, David. En plena meseta, junto un viejo corral de ovejas, un lugar que él llama "La casa de los Dioses",  es una persona que ha conocido y participado de los sistemas de la sociedad civil y común, a través del trabajo, la familia, la convivencia, y que un día decidió retirarse de todo ello para aislarse en ese lugar del Camino y PARTICIPAR su vida con la soledad y los peregrinos bajo el lema de COMPARTIR.
Este lugar está  a tan solo uno o dos kmts del Cruceiro de Santo Toribio, un punto elevado sobre Astorga, desde el que se divisa una preciosa panorámica y que significa el fin de la meseta en el Camino, la montaña leonesa ya nos observa y Galicia queda cada vez más cerca. El descenso a Astorga es relajado y tranquilo porque  la lluvia ya ha parado e incluso luce el sol.
Astorga es una gran población con origen romano y tiene motivos varios para terminar allí la etapa y conocerla bien, como el palacio episcopal diseñado por Gaudí o la Catedral que tiene una portada del estilo gótico florido, bien conservada y espectacular. Es la capital de la comarca maragata, región de suelos pobres, paisajes grises y desarbolados. Una agricultura poco productiva situada entre la meseta castellana y los montes de Asturias y Galicia, lo que ha favorecido que los habitantes de estas tierras, aisladas durante muchos siglos, se dedicaran al transporte de mercancías de todo tipo a bordo de mulos.
No estaba en mis planes parar aquí, sino hacerlo en una pequeña población llamada Murias de Rechivaldo, próxima  a la conocida Castrillo de los Polvazares por la buena conservación de sus edificios de piedra y calles empedradas; también por sus restaurantes sirviendo el famoso conocido maragato, que comienza comiendo primero la carne y terminando por la sopa.


En la Guía del Camino de Eroski había leído que los peregrinos destacaban un albergue en Murias, el Albergue Casa las Aguedas, por lo que hice la reserva correspondiente. A las 13,30 horas estaba albergado y atendido muy bien por la hospitalera Lola, quien me aconsejó no ir a Castrillo a comerme el cocido, sino al Bar del pueblo donde podía comerle mejor y más barato, así que no lo dudé. Mañana me desviaría un poco del trazado para pasar por Castrillo, ya lo conozco pero me apetece volver a pisar sus calles empedradas.
El menú fue espectacular, comí junto otro peregrino español que hacía el camino en bici. El Bar pequeño y con un ambiente cercano,  de pueblo. Cuando salí del comedor estaba Lola tomando café, la acompañé y en ese tiempo aprecié el buen ambiente que había entre la gente, también estaba el hospitalero del albergue municipal, un alemán muy expresivo, hablaba castellano, y que monopolizaba todas las conversaciones, seguidor del Borussia de Dormund, el equipo del que estaban televisando un partido de futbol en ese momento. Discutía y bromeaba con los seguidores del Madrid que allí había y gestualmente se comportaba como si estuviera en el campo de futbol. Pasé un buen rato con él y con el futbol.
No había otra cosa que hacer, no tocaba colada, solo esperar que pasen las horas del día, que llegue la noche para descansar y esperar el amanecer de un nuevo día para hacer una etapa más que sería importante en este caso, porque ya el Camino "pica" para arriba y mañana acabaré en el pueblo más alto del Camino, en Foncebadón, a 1.400 metros, muy próximo de la mítica  Cruz de Ferro.





sábado, 21 de septiembre de 2013

Etapa 22 : Murias de Rechivaldo - Foncebadón (24 kmts)

Día 29-09-13

Otra buen amanecer, otra buena mañana. El Camino pasa por la misma puerta del albergue que está situado en las afueras del pueblo. Mientras ultimo los preparativos de la etapa, en el portalón, observo a los peregrinos que pasan, son madrugadores, porque serán los que se han albergado en Astorga o lo que es lo mismo llevan 1 hora caminando.
Tengo que desviarme, quiero ir a Castrillo de los Polvazares, supone andar 2 kmts más. Tengo que ir por la carretera,  no hay nadie ni en coche ni a pie. Entre el arbolado surge la niebla de las primeras horas del día. En media hora me presento en el pueblo. No hay nadie, son las 8,20 h., solo veo una mujer mayor que al salir de casa se santigüa, va en bata de casa y se ayuda de una cachaba. El pueblo está en silencio, así es más atractivo y misterioso, las piedras brillan por el agua de las lluvias y la humedad matinal, quiero verlo todo y deprisa, no debo entretenerme, le "robo" al pueblo varias imágenes para conservarlas en la eternidad, las hago  con el móvil, todas las fotos las hago con este medio.



A la salida del pueblo me cuesta encontrar la vía que se incorpora al Camino, ningún otro peregrino ha tenido la misma voluntad que yo, no veo ninguna señal; por intuición y la orientación elijo una senda, voy al Oeste así que no puedo perderme. Pronto veo en la lejanía y a mi izquierda, entre árboles, figuras de personas caminando. Estoy bien situado, han pasado pocos minutos y ya me encuentro en el Camino, en el momento de llegar a Santa Cecilia de Somoza.  Como es habitual a estas horas de la mañana, los que han salido de Astorga están recuperando fuerzas, para mi es pronto, habrá que andar unos 4 kmts más hasta El Ganso, próximo pueblo al que llegamos por senda paralela a la carretera. Es un pueblo más grande que Santa Cecilia y son más los peregrinos que almuerzan en los Bares de la localidad; hay muchas casas derruidas, se ve el esqueleto que es lo mismo que ver cómo procedían a construirlas: techos de paja y madera sobre estructura de piedra. 
Seguimos caminando por la Maragatería, estamos saliendo de ella y acercándonos a la otra comarca de León, al Bierzo, para ello hemos de cruzar los montes leoneses, el Monte Irago donde esta la Cruz de Ferro, la frontera entre ambas comarcas leonesas. El terreno sobre el que caminamos se vuelve  más improductivo a medida que nos acercamos a los montes, van desapareciendo los cultivos de cereales para convertirse en matorrales solo aptos para los pastos de las cabras.

Desde Murias, 900 m., hemos ido ascendiendo poco a poco hasta los 1.400 m. de Foncebadón, se nota muy poco la ascensión porque el desnivel es pequeño hasta Rabanal del Camino que está a 1.155 m., desde aquí sí se nota, ya que hay que ascender 350 m. en 7 kmts; se agradece este cambio de paisaje y de exigencia, resultaba aburrido y desmotivador todo el camino del sur de León, a partir de Bercianos. 
En el momento que entras en Foncebadón te das cuenta de que es un pueblo muerto, abandonado por las familias que enraizaron entre los muros de las casas derruidas, las que hoy están de pié lo han sido para servir y servirse de los peregrinos. Hay un Restaurante, "La casa de Gaia" ambientado en formas de vestir y de vivir de tribus bárbaras que habitaran esta tierra, sin duda con el objetivo de atraer clientes de toda la provincia leonesa, hoy era domingo y estaba lleno, tan solo cuatro éramos peregrinos. El pueblo tiene misterio, te sobrecoge su estado, y todo cuanto le rodea; puedo imaginármele en un día de frio, gris y con poca gente. El enlace al escrito de Julio Llamazares nos enseña y ayuda a situar en el pasado y presente a esta localidad. El artículo es del 93, la protagonista, Inés,  habrá muerto y las campanas habrán tocado por el último muerto de Foncebadón, pero no pierde actualidad e ilustra muy bien lo que es este pueblo y su entorno, y lo que se puede sentir cuando llegas aquí.
 http://elpais.com/diario/1993/03/26/opinion/733100401_850215.html

 Estaba en el albergue Monte Irago, lleno de peregrinos, por esto la situación parecía un contrasentido, hacía frio fuera y dentro no se cabía en un espacio pequeño, no estaba cómodo y necesitaba escribir mi diario. Me fui al Bar de otro de los tres albergues a escribir, fui al aseo y dejé el móvil en el lavabo, mientras me lavaba las manos aquel se resbaló y cayó al agua. ¡Ostras!, había oído que el agua acababa con la vida de estos aparatos, así que rápidamente le abrí para secarle la última gota de agua. Le puse en funcionamiento y... no funcionaba. Menudo disgusto, no por perderlo sino por no poder disponer diariamente de él. Estaba desconectado de muchas cosas pero no del móvil, me servía para conectarme diariamente con un grupo de amigos y con la familia a través del watsapp, con los que compartía cada momento de interés del Camino por medio de las fotografías, e igualmente al final de cada etapa colgaba en mi Facebook una reseña breve de la etapa con las fotografías más destacadas. ¡Ahora no podré ni hacer fotos del resto del Camino!. El disgusto era muy grande. Me recomendaron meter el móvil en arroz porque este producto le quita la humedad que es la causa de todo el mal, así que con la tienda cerrada suplique me vendieran un kilo de arroz. Una vez que lo tuve en mi poder metí en la caja de SOS el móvil y sus piezas y lo tuve toda la noche. Soñé con él y veía una gran interrogante, me despertaba frecuentemente y deseaba que llegara la hora de comenzar el día por ver si funcionaba o no. Fue emocionante el momento de armar el móvil y apretar el ON. La imagen parpadeaba, pero se veían funciones que ayer no presentaba, ¡algo ha mejorado!. Con paciencia y esperanza fui probando las funciones que yo aplico y... ¡sí funcionaban!. ¡Joder...menos mal!. Fue mucha la alegría porque el móvil me daba muchas cosas, era mi conexión con el mundo, porque a pesar de que en una ocasión me dijo una joven peregrina que al Camino se venía a desconectarse de todo, lo primero el móvil, tengo que confesar que en este Camino yo no estaba preparado para ello.
David, uno de mis hijos, me dijo que ese móvil estaba herido de muerte y que terminaría fallando y me dejaría tirado. Dos meses y medio después, le ocurre, esto fue desde el principio, que la batería dura muy poco, menos de medio día. Por esto que en los lugares del Camino que paraba, aunque fueran 5 minutos buscaba un enchufe para recargarle.
Foncebadón le recordaré por la singularidad de su entorno y por el incidente del móvil y el disgusto correspondiente.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Etapa 23 : Foncebadón - Ponferrada (27 kmts)

Día 30-09-13
Tras las pesadillas en la noche por el estado del móvil, llegó la satisfacción y tranquilidad al comprobar que las funciones usadas funcionaban. Un accidente que te recuerda que la concentración es necesaria en cada acción para no romper el Camino.
La mañana que nos presentaba el día era otro regalo más, nos asomamos  a la puerta del albergue y creíamos  estar en el cielo,  la capa de nubes sobre el valle simulaba un mar de color blanco. Eran las 7,30 y hacía un poco de frio, natural por las fechas y la altura donde nos encontrábamos, a 1400 m.
La etapa tenía varios atractivos, uno especial como es la Cruz de Ferro por la simbología de este punto emblemático y otro es la dura bajada hasta Ponferrada ya en la comarca del Bierzo y el entorno natural presidido por la Sierra del Teleno.
Los peregrinos pasaban en silencio, despertando todavía o pensando en los deseos que iban a depositar a los pies de la Cruz de Ferro. En el mismo estado me incorporo a la corriente del Camino y comienzo a consumir los 200 metros de la suave ascensión hasta la Cruz, el punto más alto del Camino junto con el Punto Alto, 10 metros más, que está a unos 8 kmts. de la Cruz. Desde unos 500 m. de distancia se la divisa y se ve a los peregrinos que han llegado, suben y bajan por el cono de piedra de la base formada por los miles de piedras que representan  los deseos de otros tantos miles de peregrinos que han escrito la historia del Camino.


Siento cierta emoción o respeto cuando llego, me quito  la mochila y tomo la piedra de los deseos, de mis deseos, para dejarla allí, más por respeto a la tradición que otra creencia personal, es un rito que quiero cumplir. El sol va ascendiendo y sus rayos iluminan la cruz, hay un fondo azul con pequeñas nubes de tonos rojos que "pinta" la luz solar, ¡una puesta en escena natural ideal!,  y hay que aprovechar ese momento para hacer fotografías. La ocasión es única e inmejorable, no se puede perder esta oportunidad, ¡qué suerte he tenido!.


No se si todos los peregrinos dejan su piedra y sus deseos, pero si se que no hay un solo peregrino que no se detenga en este lugar para hacer alguna fotografía, creo que es junto la Plaza del Obradoiro y la Catedral de Santiago, el lugar universal fotografiado por todos,  también el Alto del Perdón en Navarra, y.... no se me ocurre otro igual. Aquí estará la piedra de Jaime, el amigo de Mejico que dejé de ver después de Los Arcos, habría pasado por aquí unas 3 o 4 jornadas antes, la trajo desde su tierra junto los deseos de todos sus amigos. Jaime es un artista de la fotografía, tiene en Facebook una página que recoge sus trabajos.
https://www.facebook.com/pages/Cproducciones/220964174749420?fref=ts

 En YouTube he encontrado  este vídeo que me gusta :


Media hora he invertido en la parada de la Cruz de Ferro haciendo mis fotos y observando a los demás. Alguno se impacienta con los que están arriba haciéndose una y otra foto, desean que terminen para colocarse él o ellos. Los que dan la nota negativa son  o somos,  como casi siempre, los españoles, hubo un ignorante y mal educado que exigió con gritos a un grupo de ingleses que terminara ya de hacer fotos; educadamente uno de ellos le pidió que fuera más moderado, la respuesta fue de nota : "estoy en España y a mi no me manda callar ningún extranjero". ¡Lamentable!. Potenciando la marca España. Aunque tengo deseos de intervenir no lo hago porque no he venido aquí para esto.


Comienzo una suave bajada hasta  Manjarín y luego una suave ascensión hasta el Punto Alto (1.515 m.), pero desde aquí, unas vistas extraordinarias y entre ellas Ponferrada a 18 kmts., hay que iniciar el descenso más bello, más duro, más peligroso del Camino y el de mayor desnivel. Hasta Acebo a unos 3 kmts del Punto, hay que descender 500 metros de altitud, es peligroso por las lesiones que pueden producirse, como luxaciones, esguinces, .... si no tienes precaución, por ello es muy recomendable utilizar bastones. En el Alto del Pollo, etapa 26, conocí a un argentino que tenía un gran pesar por haberse lesionado en esta bajada y perderse todo el camino desde aquí hasta O Cebreiro, donde después de curarse y recuperarse, había ido en autobús para continuar hasta Santiago.
En esta bajada volví a encontrarme con la joven alemana Svenja, la había despedido en Hospital de Órbigo, y, con nuestras cuatro palabras de inglés y de castellano, comentamos brevemente aspectos del Camino.


Acebo es una pequeña aldea berciana que conserva en sus viviendas la arquitectura rural de la comarca y que está muy bien conservada,  donde varias familias viven del Camino, como en otras localidades. Son las 11 h., el mejor momento para comer y beber algo y recuperar el desgaste. Al fondo se ve Ponferrada, aún muy lejos.
Una hora de descanso es mucho tiempo en una jornada larga, ello me obligará a llegar tarde y en una hora inadecuada. A las 13,45 h. entro en Molinaseca, población grande con origen medieval, cruzo el puente románico, conocido como el de los peregrinos, para enfilar la calle Real del casco histórico, flanqueada por las típicas casonas de piedra y balcones de madera. Es una buena hora para terminar la etapa pero ya me había propuesto terminar en la capital del Bierzo, me quedan 7 kmts, los más duros de la etapa por la hora y el estado físico, sabía que iba a sufrir. Molinaseca está a 610 m. representa el fin del descenso de la Cruz de  Ferro, prácticamente a la misma altura que la capital, ésta a unos 550 m.
Hay muchos peregrinos que diariamente hacen entre 30 y 40 kmts, yo no soy de esos, no puedo serlo, hoy voy a hacer 27 y los 5 últimos con un cansancio muy grande. Recuerdo que en la periferia de Ponferrada tuve que sentarme en un banco y descansar un buen rato porque estaba agotado. Ví  pasar a un peregrino que caminaba muy ligero, me sentí inferior aunque satisfecho porque estaba superando muchas pruebas físicas y anímicas. No había llegado, aún me faltaba encontrar el único albergue municipal que hay en Ponferrada. Me equivoqué, tenía idea de que estaba en la plaza Mayor, pero no era así, me informaron de su localización, había que andar y ya no podía más, por esto que me albergué en un Hostal junto al castillo de los Templarios, una fortaleza bien conservada del siglo XII.
El cansancio es mayor que el hambre, así que hay que proceder en este orden, primero descansar y después comer, haré cena pero antes hay que hacer la colada, aprovecho para buscar una lavandería y lavar la mayoría de ropa, en el camino saludo a Svenja y me encuentro con Louise, la escocesa que en los Montes Oca reconoció en mis picaduras de chinches los que a ella le hicieron en la primer etapa de Saint Jean. Hablamos de esto y me enseñó marcas que aún conservaba desde el 5 de septiembre. Acababa su Camino, no tenía tiempo para hacer más, partía a Madrid para volar a Glasgow.
La lavandería me costó 15 €, cené bien por 10 € y dormí mejor por 30 €. Me salió caro el día, pero no todos son ni pueden ser así.