El CAMINO DE VICENTE recoge experiencias habidas en los dias que pemanecí en el Camino francés a Santiago

lunes, 7 de octubre de 2013

Etapa 6 : Estella - Los Arcos (22 kmts)

Día 10-09-13

Hasta ahora, solo en un fin de  etapa dormí en albergue, fue en Puente la Reina, el resto, exceptuando la etapa de salida de Saint Jean, lo hice  en Pensiones y Hostales. No será así en la mayoría del resto de etapas que habrá que hacerlo en albergues, por dos motivos, uno económico y otro social, ya que en los Hostales o Pensiones te cuesta entre 20 y 30 €, y en los albergues unos 8, 9 €. La razón social es que en Hostales no vives el Camino; los albergues es el ámbito donde puedes empatizar con las personas que están viviendo lo mismo que uno, aunque no hubiera comunicación verbal hay una aproximación física, una comunicación visual, un sentir las mismas cosas que hacen que "estés ahí" en el mismo equipo. No es igual salir del albergue con tus compañeros, amigos, que hacerlo desde el Hostal o la pensión, solo, hasta que te incorporas al Camino. Por ello, un consejo que doy a quien quiera hacer el Camino es el de dormir en los albergues: parroquiales, públicos o privados. Los parroquiales los regenta la Iglesia por medio de hospitaleros voluntarios, en ellos puedes dormir, cenar y desayunar, aportando la voluntad; los públicos los gestiona el Ayuntamiento y tienen unos precios modestos, en torno a los 5 €; y los privados son algo más caros, entre 9 y 12 € y puedes encontrar servicios mejores. 

              ;

Durante esta etapa las pequeñas poblaciones que florecen entre la Sierra de Montejurra, conocido escenario de batalla  entre carlistas y liberales, y el pico Monjardín serán las únicas compañeras del peregrino, y se concentrarán en los primeros 10 kmts. del recorrido. A partir de ahí, los otros 12 kmts restantes se vuelven solitarios, desapareciendo incluso los bosques, y el Camino discurre entre silenciosos campos de cereal y alguna que otra viña. Más que una comarca navarra parecerá una comarca de tierra castellana.
Inmediatamente que salimos de Estella, aún con poca luz, encontramos en Irachi una bodega de vino con la singularidad de tener una fuente de vino, así, en esta etapa, el que quiera puede cambiar el líquido de la botella de agua.
En la siguiente población, Azqueta, se encuentra uno de los personajes del Camino, Pablito "el de las varas", un vecino que desde 1986 hace varas de avellano "porque crecen rectas y son de poca densidad, poco peso", y las regala a los peregrinos, "habré hecho entre 30 y 33.000 varas, ahora no tengo, me falta la materia prima, tengo que ir a buscarla a Erro, pedir permiso al municipio para cortarlas". Una persona simpática, con conocimiento de la vida rural, que como tengas la suerte de encontrarlo "pone una guinda" en tu etapa a pesar de alargártela bastante tiempo.


Desde la salida de Irache llama la atención, en la lejanía, un monte en forma de cono con  ¿piedra, edificio? en la cúspide. Será una referencia permanente que se hace más grande en la medida que nos acercamos a ella. Es el pico de Monjardín, situado en Villamayor de Monjardín, que tiene en la cima un castillo que fue un punto clave en el tiempo de la Reconquista. Pasamos por su faldas plenas de viñedos. Antes hemos de encontrar un aljibe medieval  conocido por los vecinos como la fuente de los moros.

Bajamos al valle y cambiamos los colores verde por el amarillo de los rastrojos de los cereales, terreno plano y agotador. Llegar a Los Arcos es cansado, fue una de las etapas más agotadoras, igualmente debía serlo para otros porque hubo un lugar, un rastrojo, donde no nos importó tirarnos a descansar. En la etapa no encontré a mis viejos compañeros René y Jaime, estos los hallé en los Arcos, tomamos una cerveza y nos fuimos a nuestro alojamientos. Más tarde comimos juntos e igualmente volvimos a vernos por la tarde comiendo un bocata y tomando unos vinos. Este día fue el último donde vi a Jaime, después hemos hablado por tlf y comunicado por las redes sociales pero no volvi a verle, siguió su ritmo, su camino. Ese día parece que presentía esto porque me ofreció una pulsera que a día de hoy todavía llevo puesta; me presentó varias a elegir, dijo que las trajo al Camino para entregar a los amigos que encontrara. Me siento honrado por esta consideración.
A René volví a verle en la siguiente etapa y compartir con él mucho camino.




       









No hay comentarios:

Publicar un comentario