El día 4 de Septiembre de 2013, tomo el tren en mi ciudad de origen, Palencia, con destino a Pamplona, allí tomé un Bus hacia Saint Jean Pied de Port, País Vasco Francés, ciudad situada a los pies de los Pirineos.
La primer sorpresa fue comprobar el elevado número de peregrinos que había en la ciudad y en consecuencia el primer problema fue encontrar albergue donde dormir. Las calles parecían un hormiguero de gente que preguntaban, que iban y venían sin saber para donde tirar. "Mal empezamos", pensaba. Ni en los Hoteles había plaza, recuerdo como anécdota un céntrico Hotel donde me decían que sí había una habitación por 158 €, nos reímos. Al fin apareció un albergue, un poco retirado del centro, el GIT COMPOSTELLANE, donde nos albergamos todos los que buscábamos. Era mi primer albergue en la vida, mi primer litera, era una habitación de cuatro: una francesa, un inglés, un americano y un español. Esa noche había que alimentarse porque la mañana siguiente iba a ser de mucho desgaste. Mucho había leído de esta etapa, de su dureza, después he sabido que todos los años son varios los peregrinos que en invierno pierden la vida. Me asustaba el peso de la mochila , no tenía experiencias previas de superación de kmts. y alturas con tanto peso, pero tenía una gran cosa a favor, las ganas y la fe de superar todo.
Día 5-09-13
A las 6,30 caminaba por las empedradas calles de Saint Jean, Por la puerta de España, buscando el camino hacía España. La etapa destaca por su belleza paisajística y el atractivo añadido de pasar a pie la frontera entre Francia y España, pero también por su dureza, son 26 kmts. de los cuales 22,5 son de subida, hay que atravesar los Pirineos, un desnivel de 1.250 m. desde su inicio que se encuentra a una altitud de 177 m. hasta el collado de Lepoeder (Collado Bonito), desde donde se divisa el valle de Roncesvalles, situado a 1.450 m. Desde este collado hay que bajar 3,5 kmts por unas pendientes grandes que exigen mucho a las piernas, especialmente las rodillas, un esfuerzo de retención y mucha precaución y concentración para evitar lesiones que acabarían con el proyecto del Camino.
Eran las 16 horas cuando llegaba a Roncesvalles, casi 10 horas en el Camino de la primer etapa. ¡Jamás había hecho cosa parecida!. Las aguas frías del arroyo dieron oxígeno a un cuerpo agotado. Ahora hay que buscar lugar de descanso, ¡eso tan importante!. La hospitalera del albergue de la Real Colegiata estaba asombrada por la cantidad de peregrinos que había, "¡todos giris!", decía, "¡americanos y canadienses!, españoles sois cuatro. Pero tienes que irte a la zona vieja porque la nueva esta ocupada.". "Entonces déjame buscar otra cosa, ¿puedo?". "Pero date prisa que esto hoy se ocupa totalmente". Salí al exterior de la Colegiata, gentío, vehículos, ... pero yo tenía una prioridad, ¡buscar donde descansar!. Me dirigí al primer Hostal, al más próximo. Inocente yo, pregunté: "¿Hay habitación para dormir?", "¿Tienes reserva?", "¡No!", "Pues no tienes nada que hacer ni aquí ni en ningún Hostal de Roncesvalles, si quieres puedo llamar a Burguete, a 2 kmts de aquí, ¿te parece?". No lo dudé. Una cerveza con gas que duró solo seis segundos y a caminar de nuevo. Son solo 2 kmts más, me decía. Mi cuerpo iba veloz porque buscaba el premio del descanso, no sentía el cansancio, no podía acordarse de ello, la mente es la que manda. Al fin y al cabo, le decía al cuerpo, este camino no le haces mañana. En 20 minutos llegué, y es curioso comprobar los efectos físicos y mentales, fue ver el pueblo, estar en él y ¡derrumbarme!, llegué muerto al domicilio-pensión que me habían encontrado. ¡Ducha!, cena en un sencillo Bar del pueblo y a las 20,30 h. en la cama.
Eran las 16 horas cuando llegaba a Roncesvalles, casi 10 horas en el Camino de la primer etapa. ¡Jamás había hecho cosa parecida!. Las aguas frías del arroyo dieron oxígeno a un cuerpo agotado. Ahora hay que buscar lugar de descanso, ¡eso tan importante!. La hospitalera del albergue de la Real Colegiata estaba asombrada por la cantidad de peregrinos que había, "¡todos giris!", decía, "¡americanos y canadienses!, españoles sois cuatro. Pero tienes que irte a la zona vieja porque la nueva esta ocupada.". "Entonces déjame buscar otra cosa, ¿puedo?". "Pero date prisa que esto hoy se ocupa totalmente". Salí al exterior de la Colegiata, gentío, vehículos, ... pero yo tenía una prioridad, ¡buscar donde descansar!. Me dirigí al primer Hostal, al más próximo. Inocente yo, pregunté: "¿Hay habitación para dormir?", "¿Tienes reserva?", "¡No!", "Pues no tienes nada que hacer ni aquí ni en ningún Hostal de Roncesvalles, si quieres puedo llamar a Burguete, a 2 kmts de aquí, ¿te parece?". No lo dudé. Una cerveza con gas que duró solo seis segundos y a caminar de nuevo. Son solo 2 kmts más, me decía. Mi cuerpo iba veloz porque buscaba el premio del descanso, no sentía el cansancio, no podía acordarse de ello, la mente es la que manda. Al fin y al cabo, le decía al cuerpo, este camino no le haces mañana. En 20 minutos llegué, y es curioso comprobar los efectos físicos y mentales, fue ver el pueblo, estar en él y ¡derrumbarme!, llegué muerto al domicilio-pensión que me habían encontrado. ¡Ducha!, cena en un sencillo Bar del pueblo y a las 20,30 h. en la cama.
Esta etapa impresiona y causa dudas de poder hacerla desde la lectura; pues bien he de decir que todo el que se lo proponga, quiera sufrir y quiera gozar, la va a superar, y he de decir también que superarla te anima a continuar, es la prueba de que puedes hacer todo el camino y es una fuente de alimentación de autoestima muy grande.
A continuación cuelgo este video con colección de fotos hecha por mí.
Aunque pueda parecer una bobada,leyendo esta primera etapa de "Tu Camino" me has recordado a la película "Sonrisas y Lagrimas" cuando la familia Trapp huye por las montañas de los nazis.Me ha encantado!!!!!!
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